Mi reflexión:
Soy orgullosa de ser mujer desde que tengo uso de
razón; una mujer auténtica, plena, fuerte, feliz, con ambiciones, metas y
sueños. Una mujer que como muchas, se ha
tenido que enfrentar al machismo en los diferentes ámbitos y etapas de su vida.
Recuerdo desde niña como en casa se señalaba
siempre la diferencia mujer-hombre y no entendía por qué mi madre, siendo
también mujer, lo hacía. Y sí, a los seis años le cuestione a mi madre ¿por qué
dices soy diferente a mis hermanos? y evidentemente lo único que respondió fue
"porque son hombres, y ya". Indiscutiblemente se debía hacer lo que
el hombre decía o quería sin importar si estaba bien o no, solo por ser
"el hombre de la casa".
Al paso de los años, entiendo que a mi madre así
la educaron, pero lo que no entiendo es porqué en la actualidad en muchos
hogares continúa imperando el "machismo" y las mujeres siguen siendo
objeto de maltrato y vejaciones, ni porqué lo siguen aceptando. Lo digo
porque lo veo en familias cercanas, como el de mis hermanos, mi hermanas,
vecinas, y más. ¿cómo pedir respeten nuestros derechos, si nosotros
mismas no lo hacemos?, para poder lograr un cambio, debemos empezar por
respetar, creer y entender que somos mujeres, inteligentes, valiosas, con las
mismas capacidades físicas e intelectuales que el hombre.
Martha Dolores Peña
Gordillo.
8 de marzo de 2015.